HSBC Holdings Plc ha acordado recientemente pagar 75 millones de dólares a la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de Estados Unidos (CFTC). Los cargos estaban relacionados con prácticas comerciales manipuladoras y engañosas, así como con fallos en el mantenimiento de registros en varias unidades de la organización mundial de servicios bancarios y financieros.
HSBC Bank USA, en particular, ha aceptado una multa civil de 45 millones de dólares en relación con swaps, suplantación de identidad y fallos en el mantenimiento de registros. Otras entidades del grupo HSBC, incluidos HSBCA Bank USA, HSBC Bank Plc y HSBC Securities, admitieron cargos relacionados con fallos en el mantenimiento de registros y la supervisión, aceptando un acuerdo colectivo de 30 millones de dólares.
Los cargos alegan que, entre marzo de 2012 y abril de 2016, los operadores del HSBC realizaron operaciones manipuladoras y engañosas con permutas de tipos de interés y otros productos financieros. En algunos casos, los supervisores del banco eran conscientes de esta conducta, y en uno de ellos estaba implicado un alto directivo que dirigió las irregularidades. HSBC no admitió ni negó estas acusaciones.
La CFTC también detectó que el HSBC no evitó que los empleados, incluidos los altos cargos y el personal de cumplimiento, hablaran de asuntos relacionados con el trabajo utilizando plataformas de mensajería personal como WhatsApp y mensajes de texto. Esta falta de mantenimiento de registros puede obstruir la supervisión y las investigaciones sobre posibles conductas indebidas, un factor que recientemente ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de los reguladores.
Este acuerdo se produce tras la sanción impuesta al HSBC por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) por cargos similares. El portavoz del banco subrayó su compromiso de respetar las normas de conducta profesional y las importantes inversiones realizadas en los últimos años para mejorar sus procedimientos de cumplimiento.
La situación del HSBC no es única. Otros grandes bancos también se han enfrentado al escrutinio regulador y a multas en los últimos tiempos. En particular, JPMorgan acordó pagar 200 millones de dólares en multas a dos reguladores bancarios estadounidenses para resolver las acusaciones relacionadas con el uso de WhatsApp y otras plataformas por parte de sus empleados para eludir las leyes federales de mantenimiento de registros.
Morgan Stanley, tras incurrir el año pasado en multas superiores a 200 millones de dólares por infracciones similares, ha empezado a penalizar a los empleados por utilizar aplicaciones de mensajería personal para comunicaciones relacionadas con la empresa. Sin embargo, los críticos sostienen que prohibir estas herramientas puede no ser una solución viable a largo plazo.
En una medida más drástica, Deutsche Bank AG, tras pagar más de 2.000 millones de dólares en multas, ha empezado a descontar las primas de los empleados que hayan utilizado indebidamente servicios de mensajería para comunicaciones empresariales. Esta medida pone de manifiesto las repercusiones de una investigación generalizada en Estados Unidos que está causando estragos en todo el sector.
Estos acontecimientos recientes subrayan la importancia de contar con procedimientos de cumplimiento sólidos y un mantenimiento adecuado de los registros, ya que los organismos reguladores siguen tomando medidas drásticas contra las infracciones. A medida que el sector financiero se enfrenta a las implicaciones de estas medidas coercitivas, crece la necesidad de que las empresas reevalúen sus controles internos, el cumplimiento de la normativa y las políticas de comunicación para evitar cuantiosas sanciones y daños a su reputación.
